¿Es la manufactura aditiva para tu empresa? Aquí la respuesta!

La manufactura aditiva es un término cada vez más frecuente en la industria, siendo su vertiente más popular, la impresión 3D.

Se conoce como manufactura aditiva a todo aquel proceso que utilice tecnologías que creen objetos físicos por medio de la adición sucesiva de material. Estos materiales generalmente se funden por medio de un extrusor para poder adherirse entre sí y generar diversas estructuras.

Siguiendo con el ejemplo clásico de una impresora 3D, estamos hablando de una máquina cuyo extrusor se puede mover en cualquier dirección (respetando el sistema cartesiano), el cual cuenta con un rollo de material que está alimentando al extrusor. La manera más simple de imaginarlo es si lo comparamos con una pistola de silicon, ya que sigue el mismo principio conocido como “inyección de material”.




Este no es el único método que existe dentro de la manufactura aditiva, pero es el más común y funge como elemento ilustrativo en este artículo.

Ahora bien, la manufactura clásica es un proceso en el cual se transforman las materias primas en productos, por medio de procesos industriales. Dichos procesos industriales generalmente están relacionados con el uso de moldes, pegamentos o soldaduras.

Hablemos de las ventajas competitivas en contraste con la manufactura clásica:

  1. La manufactura aditiva es una manera de obtener prototipos de un producto en mucho menor tiempo.

  2. Dado que se ahorra tiempo en dicho proceso, y no se requiere de unir piezas, este resulta en un proceso más económico.

  3. Hay productos y modelos cuyas geometrías pueden resultar muy complejas como para producirlas como una sola pieza, lo cual no representa un inconveniente con la manufactura aditiva.

  4. Al no verse limitada en cuanto a las geometrías que pueden generarse, esto permite que los productos puedan ser personalizados hasta donde tu imaginación te lo permita.

  5. Así mismo, al no emplear soldaduras o pegamento para unificar diversas piezas y generar un solo cuerpo, las piezas son más resistentes al no contar con dichos concentradores de esfuerzos que pueden desencadenar en una falla.

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