¿Puede una máquina realmente quitarte tu empleo?

 



Por medio de múltiples series y películas se ha popularizado la idea de la existencia de robots tan avanzados que puedan imitar el comportamiento humano, lo cual trae consigo el miedo inherente al, ¿qué pasaría si estos fueran más listos que nosotros?. Por otra parte, una de las mayores preocupaciones del sector laboral, es el ser reemplazado por una máquina, pero ¿pueden ser más eficientes como para que constituyan una amenaza real para los trabajadores? 

La inteligencia artificial está conformada por conjuntos de herramientas y algoritmos computacionales que emplean el manejo de la información que la máquina o sistema adquiere de su entorno de una manera racional, a fin de emular el comportamiento humano. 

Por otra parte, el machine learning es una rama de la inteligencia artificial, que permite a los equipos de cómputo la facultad de aprender sin la necesidad de ser expresamente programados para ello. Dicha rama se enfoca principalmente en el análisis de datos con la finalidad de poder efectuar predictibilidad o determinar patrones según sea el caso.

Si bien ya existen equipos “inteligentes” con los que puedes intercambiar algunos diálogos,  como es el caso de los asistentes personales, estos sistemas computacionales aún no están dotados de una habilidad de raciocinio. Lo que sucede es que dichos asistentes personales están entrenados para brindarte información predeterminada ante ciertos comandos de voz en específico. 

No obstante, estos dispositivos cuentan con la habilidad de aprender (machine learning), puesto que almacenan en sus memorias aquellos patrones de comportamiento que tienen las personas en sus búsquedas en internet y en los comandos de voz que utilizan. Esto se puede apreciar en las noticias o anuncios que vemos en los navegadores de internet y en redes sociales, ya que están relacionados con nuestra actividad frecuente en estos medios.

Las máquinas están diseñadas para facilitar la vida de las personas, al suplantar a estas en tareas monótonas y repetitivas, a fin de dignificar la actividad humana. Pero la búsqueda de este propósito, inevitablemente cobrará algunos trabajos. Un ejemplo por excelencia de ello, se puede apreciar en la película de 2005 de “Charlie y la fábrica de chocolates”dirigida por Tim Burton, en la cual, el padre de Charlie pierde su empleo en la fábrica de dentífricos a manos de una máquina.

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